Que este estómago a
Badajoz traje para sanar
Comprendan que las maletas
van con peso de seis años
Despedidas agrias y
dolosas
Ya duele partir
Como la enfermedad de la tontería
Me aguarda
intacto, allende, a la otra
orilla del atlántico,
Ignorando el tiempo que
ha pasado,
Sin contar distancia
que se sobrepuso sobre nosotros,
Un boomerang
Hora de volver querido compañero imaginario
Hora de soñar en la
propia tierra, momento de tocar las
hiervas
Tiempo de oler los
sueños
Hora de ver Santa María
Ostuma
Veo desde Madrid la distancia abismal, mis amigos que
permanecen
Los lugares que
fecundan sueños, los colores que
enamoran
Cercanía profunda de
los recuerdos
Palidece la mirada de
esta imaginación
Hora de volver sin encontrarles
Momento es de oler el pasado y pensar el futuro
De recordar a los que se fueron y conocer a los que vinieron
De recordar a los que se fueron y conocer a los que vinieron
Me voy para volver. Vuelvo para irme
Dos países y un corazón partido por el lado izquierdo
La decisión más propia
Se compone de dudas
El tiempo resuelve las inconstantes vidas de un mismo cuerpo
Es hora de partir mi
querido amor
Hora de volver. Hora de reír
Hora de acercarse
Hora de comprometerse
Es hora de callar las
cartas sin timbres
Es tiempo de asesinar los
mensajeros
Acotar las cercanías. Empezar otra vez
Hay que parar el tiempo
Para creer que es irreprochable el amor incondicional
Que es irrenunciable las promesas de un amor
Que es irrefutable la realidad precisa
Momento irremplazable para volver
Llevando la creencia de que lo elemental permanece intacto
Deseando que la mirada no haya envejecido
Que los caminos sostengan las rutas
Y que los lazos perpetúen los vínculos