Páginas

24/11/10

Que te queden esas cosas

Que mis respiraciones profundas y superficiales, o existentes -cuales quiera que sean- se trasladen a través de mis besos, y que en cada pensamiento tuyo, quede mi olor, como señal inequívoca que estuve.

Que mis deseos más raros, locos, bonitos, exacerbados, perfectos, irracionales y todos los que hayan cruzado por esta cabeza mía, existan, para que aún con el paso de las decisiones, en cualquiera que tomes, recuerdes cómo yo lo hacia.

Que mis pocas alegrías, mis grandes sonrisas, mis pequeñas decepciones y mis hermosas tristezas queden impregnadas en tus paredes, en esas cuatro paredes, para que al final de todo, quede tan cerca, muy cerca.

Que te quede esta fotografía gris, de cuando decías cosas sin sentido, cosas sin pensar, cosas sin deseo. Que sea esa fotografía mía el espejo tuyo, donde veas todas las voces, donde escuches todas las imágenes y donde vuelvas siempre que así lo quieras.

Que te queden esas cosas, esas emociones y esos recuerdos que no saben de distancia, de tiempo, ni de tantas conjeturas a las que con facilidad nos acostumbramos.