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4/7/10

Siempre tuyo

Yorkshire, julio 20, 1917.

Querido Donatelo,

A mis manos llegaron tus palabras en forma de carta, la última, la que enviaste hace dos meses, antes del cumpleaños de Pascual, no he tenido tiempo alguno de responderla. Pascual se ha marchado dejándome a cargo de todo, que no es mucho si tuviese puntual asistencia de unas empleadas sensatas y dispuestas, pero esas tres pseudo-empleadas insolentes, tan poco alegres y tan poco trabajadoras no hacen nada. Por si todo lo anterior podría ser dispensable, son feas e indiscretas.

He tenido la intención de despedirlas ya que mi sueño es poner en manos de unos jóvenes hermosos la administración de la residencia, pero no, Pascual no lo admitiría, renegaría, primero porque no concebiría idea alguna sobre una eventual marcha de esas mujeres a las que estima cual gente de su misma sangre, les tiene un estúpido afecto… y segundo, que tampoco me permitiría dar cumplimiento a mi impulso animal de tener tres hombres a mi disposición.

Además, si un día de estos decido que ya no quiero verlas más, si las echo, vería en el rostro de esas tres intolerables la sonrisa de la victoria, cuando suban las gradas de madera camino a sus habitaciones, justamente como la última vez. Las eché a la calle a buenas cinco de la mañana un lunes, después que me enterase que habían comentado a Pascual que un apuesto joven estuvo acompañándome en la biblioteca toda la tarde de ese domingo, pero mi venganza duró poco, volvieron porque Pascual no admitió mi decisión -me dejó en evidencia- el mismo lunes en la tarde subieron por esas escaleras café, tan insinuantes, victoriosas, las tres putas horrorosas!

Aunque nunca me dicen nada sé que ríen a mis espaldas, me insultan y no me dan mi lugar.

Juraría que Pascal se acuesta con ellas y que está profundamente enamorado de Rafaela, la más joven de las tres, pareciera que está enamorado, pero su sexualidad no está en dudas, le gustamos nosotros los hombres. Les odio, las aborrezco. Querido Donatelo estas tres brujas acabarán con mi paciencia.

Últimamente no soporto su comida. Tienen una estúpida costumbre de cocinar todo con menta, pescado con menta, frutas con menta, asado con menta, sonrrisas con menta, estupideces con menta, putas con menta, flores con menta, comentarios con menta, todo con puta menta!

No sé que comer…

Y lo peor, mi Donatelo, es que el hijo de nuestros vecinos, los señores Smith desea que sostengamos un amorío, pero no es posible, las tres brujas siempre están atentas a mis pasos, pareciera que se turnan para vigilarme, ya he cambiado mi encuentro con el joven Alejandro Smith tres veces.... es horrible este suplicio.

A estas tres no las mato porque no merece la pena que sean recordadas.

Yo podría soportar todo esto, ¿Quien no ha tenido tres criadas impertinentes y ha vivido para contarlo? pero no me es posible, no más. Pascal no se entera que lo se todo, se la razón por la que siempre desaparece.

Él está en Paris en compañía de dos jóvenes de quienes conozco nombre y apellido, se trata de los sobrinos de los señores Romdam, Daniel y Robert, de 22 y 24 años respectivamente. El muy hijo de puta les ha invitado para celebrar con ellos su cumpleaños, quiere impresionarlos, quiere jugar con sus aspiraciones, los usará y luego les olvidará así como ha hecho con muchos jovencitos de yorkshire.

Los pobres ingenuos, Daniel y Robert no se enteran que no ha cumplido 30, como les hace saber a todos, sino 38 años. Ya envejecerá y cuando eso pase, nadie se acercará a él por su belleza, sino solo por su dinero.

Querido Donatelo, sí un día preguntas por mí y no te dan noticia alguna, puede que me haya ido. La única razón para continuar aquí es que me da miedo el dolor. Quiero que no duela.

Pero quiero que haya sangre. Es más dramático, cobra mas fuerza el sentido de la tragedia, y dejaré un mensaje a ese sinvergüenza, y esas tres putas tendrán que limpiar mi sangre, oler mi sangre, tocar mi sangre, ver mi sangre…. Recordar mi sangre.

No te asombres es una lección para Pascual, aunque me cueste la vida misma.

Siempre tuyo.

A. R. Dowson, tu amigo.