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2/4/12

Carta a un amigo que se fue

Ya se que me has dejado de querer. Eso es justificable, ya sea por razones tuyas o culpas mías, o por lo que sea. La forma cómo me lo has hecho saber es lo más cruel -con el silencio-

Y no sé qué es lo más duro, sí lo primero o lo segundo...

Ya se que no soy para nada perfecto, se que tengo traumas que convierto en ideas y suposiciones que hago posturas, pero lo único que necesitas saber es que cuando te cocinaba lo hacía con todo el cariño del mundo, cuando te abracé aquella noche que llegué borracho, lo hice así porque soy incapaz de inventarme algo mejor para decirte lo mucho que te quiero.

Todo es tan raro, porque a veces la idea de desprenderse de las personas no te lo enseñan, lo que sí nos enseñaron fue a construir amistades, a aceptar a las personas tal como son, pero sobre todo aprendemos a querer a un extraño que luego se convierte en cercano.

Para mi los amigos son más que eso, son mi familia. Quizás por eso con lo bueno y lo malo extrapolo las relaciones con los amigos, las extrapolo para lo bueno, lo bonito y lo feo.

En fin... no quiero que te duelan estas palabras, ni que te enoje, solo quiero decirte que te comprendo si no me quieres, como también comprendo que las personas deben seguir su propio camino.

Y en ese camino deben escoger a sus compañeros de viaje; veo que en este caso no hay una silla para mi, a tu lado. Lo acepto.

No es necesario que respondas. No pasa nada si no lo haces. Disfruté de tu amistad de la manera mas grande, mientras me diste el gran honor de tenerla.

Benedetti tiene un poema que se llama «no te salves» y yo no quiero salvarme...