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12/3/10

Matilde, el destino es pequeño.

“Será hermoso ver
Cómo tu sombra
Protege
Mi pequeña sombra.
Entonces llegarán
Las olas del tiempo
Que habremos resistido
Como un trigo en el peso
De la misma espiga…”
Matilde Elena López.


Con Matilde se me va uno de mis últimos mitos, y me queda la sensación que los comprometidos poco a poco se van alejando dejándonos huérfanos y sin mucho eruditos a quienes seguir.

Pocas señales quedan de esa figura pequeña, insolente y dramática, me deja palabras en forma de libros, y me deja su nombre. Me deja también esa imagen mental que todos nos hicimos de ella: Una mujer grande como sus ideas y su valentía.

"La vida es más grande que el destino" que razón tienes Matilde, tu vida, mi vida, la de todos es inmensa, poderosa, etérea, universal, y no el destino que es una promesa inalcanzable y una ilusión compuesta por muchos espejos y vagas ideas.

Todas y cada una de las letras de su nombre las recuerdo bien, porque significan el compromiso, la dedicación y el cultivo de un paisaje en el que descansan las glorias de las letras y el talento innato de los verdaderos creadores.

Porque de mis cosas vistas, de mis cosas sentidas y de mis cosas leídas, tus poemas son.

8/3/10

Todas las mujeres de mi vida

A todas las mujeres de mi vida, a las de este país, a las de la tierra, a las del pensamiento, a las de mi mente, a las de mi recuerdo. A todas, Gracias.

Gracias por estar en cada esquina, en cada trabajo, en cada casa en cada mesa, en cada alegría, en cada palabra, en cada mirada.

Gracias por estar en todas los momentos: los buenos, en los malos, en los peores y en los locos.

Gracias por estar en mi memoria, en mi subconsciente, en mis ideas, en mis proyectos y en mis ilusiones.

A todas las mujeres de mi vida, a las mujeres de las vidas de los demás, a todas ellas las conocí.

A todas las mujeres las conocí, las vi llorar, sufrir, comer, caminar, soñar, sonreír, amar, aconsejar…

A todas ellas las vi a través de mi madre.