Estas
cerrando tus ojos cuando temes a las preguntas cruciales de la vida, esas que
te desafían a tomar una determinada postura, una importante decisión. Mueres
lentamente cuando desechas una pasión. Dejas que la oscuridad del tiempo, las
secuelas del olvido y la miseria de la ceguera hagan lo suyo.
Deberías permitirte un día, aunque sea lentamente, la idea de que existe la
equivocación. Pregúntate a ti mismo si quieres, y si la respuesta es
afirmativa; si es un sí si liberador, un si responsable y un si contundente, prosigue
con esa idea.
No te servirán de nada los escollos emocionales en los que se sumen los
perdedores para reclamar que la vida pasó y que nunca hicieron nada bueno, nada
entusiasta o nada agradable. No busques culpables; esa será una simple excusas
que calmarán el ego herido, al final, con el paso de los años, será un tiempo
donde irremediable estás ya despidiéndote de la vida, en donde las palabras que
grites serán nada.
Si aún tienes tiempo deberías recuperar la ilusión y proseguir, no dejes que
pasen tus años. Que tu miedo más profundo sean perder la lucidez, la capacidad
de la interpretación de tu entorno, y la magia que significa aprender a hilar
las palabras para explicar lo que ves, lo que hueles y lo que sientes.
Es mejor comprobar que se está equivocado en algún momento del camino, que
cerrar los ojos en una especie de mutismo y oscurantismo. En donde la
ignorancia se confunde con la conciencia nace la construcción de las ideas, y
vale mil veces más construir ideas que perecer lleno de la idiotez y la
testarudez que ocasiona no abrir la mente a lo posible y a lo construible.
Hacer ideas, hacer que las ideas fluyan y hacer que estas funcionen, es culpa
de la inventiva, la ilusión y la creatividad. La inventiva es buscar
respuestas, la ilusión es hacer que funcionen los sueños y la creatividad es
formular una y otra vez el pensamiento.
Sin importar cuál es el lado del río en el que estás, ofrece el sacrificio de
mojarte, trasládate de una orilla a otra, fortalece tu sentido de pertenencia,
tu compromiso con lo que te rodea y pon a cada momento una piedra alrededor de
esa casa que significan tus hechos.
No importa lo que deseas. Lo único importante en la vida de hoy es cuanto estés
dispuesto a hacer, porque, para que las cosas sucedan debe haber desde el
inicio -a limini- hechos, circunstancias y resultados, los deseos solo son una
motivación que muestra el camino, pero solamente eso, una guía.
No temas a las preguntas cruciales de la vida, respóndelas. No formes parte de la simple y superficial provocación. Olvida las respuestas sencillas. Hurga en lo más
profundo.