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12/2/10

La cama

El vaso de vidrio estaba seco, con unas cuantas aristas, y parecía que la persona que limpiaba ese vaso no tenia la fuerza o la técnica necesaria para lavarlo, lavarlo bien… tenía tres aristas bien marcadas, una mas intensa que la siguiente, es como si el estancamiento del agua había oxidado el cristal formando unas especies de anillos blancos.

El vaso siempre estuvo en el mismo lugar, como esas cosas que deben estar siempre en un lugar determinado sin mayor explicación.

Junto al vaso, unas gafas de lectura y una lámpara amarilla. La pantalla de esa lámpara era vieja. Era una especie de tela seca y sin color, tan vieja que parecía un papel amarillo a punto de romperse.

El vaso, las gafas y la lámpara estaban sobre la mesilla de noche, una mesilla de madera, con cuatro patas como dice la costumbre, de esas mesillas de noche ridículas que no tienen razón de ser: sin gavetas y de color gris.

La mesilla de noche no estaba junto a la cama. El colchón parecía nuevo y la ropa de cama vieja. El lado derecho de la cama ha tomado la figura de quien se ha postrado en ella, de quien duerme de día y de noche…

El respaldo de la cama estaba colgada una bata de estar en casa que jamás seria usado por mi madre.