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24/11/10

Que te queden esas cosas

Que mis respiraciones profundas y superficiales, o existentes -cuales quiera que sean- se trasladen a través de mis besos, y que en cada pensamiento tuyo, quede mi olor, como señal inequívoca que estuve.

Que mis deseos más raros, locos, bonitos, exacerbados, perfectos, irracionales y todos los que hayan cruzado por esta cabeza mía, existan, para que aún con el paso de las decisiones, en cualquiera que tomes, recuerdes cómo yo lo hacia.

Que mis pocas alegrías, mis grandes sonrisas, mis pequeñas decepciones y mis hermosas tristezas queden impregnadas en tus paredes, en esas cuatro paredes, para que al final de todo, quede tan cerca, muy cerca.

Que te quede esta fotografía gris, de cuando decías cosas sin sentido, cosas sin pensar, cosas sin deseo. Que sea esa fotografía mía el espejo tuyo, donde veas todas las voces, donde escuches todas las imágenes y donde vuelvas siempre que así lo quieras.

Que te queden esas cosas, esas emociones y esos recuerdos que no saben de distancia, de tiempo, ni de tantas conjeturas a las que con facilidad nos acostumbramos.

11/11/10

El Kentucky que termina

Las gotas caen rápidamente sobre las hojas de los árboles cafés
El cigarro a medio terminar encendido con el fuego que aún queda
Me hace absorber con los ojos el humo de la vida cerrada
Ofrezco una respiración humeante al lugar donde caminas
Frente a las historias de pasajero. Esas que ves pasar y que ves llegar

Las gotas siguen cayendo y el cigarro sigue funcionando igual
Tabaco quemado de las tierras más cálidas de la América profunda
Donde mis besos se esconden tras los árboles de color azul oscuro
Donde los coches aún conservan los asientos de cuero verde musgo gastado
Donde no alcanzan las historias y los respiros profundos

Y allí estás serio como una maquina gris antigua y oxidada
No tienes ojos para verme. Existencia que poco a poco se va derramando
Tienes solamente boca para besarme con ese olor interminable a Marlboro
Mientras tus dientes siguen blancos mis intenciones se vuelven amarillas
Ya es suficiente con el café de las hojas de este otoño que termina

Ese color verde

Las fábricas han cerrado, las tiendas han abierto,
El cielo se cubre de verde,
Mientras me detengo en la esquina más urbana.

Los sombreros están de moda, y los ojos tuyos…
Los ojos tuyos no me ven.
Se esconden en la distancia.

En cambio, ese olor a “Happy” me sigue despertando,
Justo cuando desde mi cama veo a través de la ventana,
Y percibo el cielo color verde.

No se decir con certeza si es el color de los cristales,
O es que el cielo cada vez está mas verde.

29/10/10

De calle en calle.

Veo la hierba mojarse, Tu cara sonreír.
Mis ojos van hacia ti.
Veo tu sonrisa.

Veo los pájaros volar,
Las ramas florecer,
Y mis ojos van hacia ti.

Las grietas de la calle son grises
Tus dientes blancos,
Mis ojos curiosos.

La música estridente aparece,
Sonríes
Cierro los ojos.

Y aparecen los barriletes de papel,
Cayendo con la lluvia,
Escapando con el viento.

En la esquina aparece diciembre.
Y en la insistencia de las gotas,
Tu mirada se pierde entre los pasos.

26/10/10

La cultura de las hipótesis

Cuando responder a los estímulos con pedazos sacados de diferentes realidades se vuelve un vicio, y cuando retomar muchas historias para contar una misma verdad se vuelve una justificación, inicia la deconstrucción de la realidad y se profundiza la cultura de las hipótesis. Esa cultura que es el mayor fracaso de nuestra existencia, un error existencial que ha sido nutrido de significados y contenidos ajenos.

En el contexto mismo de esta precaria cultura, debemos aprender a reconstruirnos y reconstruirnos sin dejar de lado a nosotros mismos, que con nuestra corta apreciación de la realidad, y el mutismo intelectual que implica un lenguaje tan limitado como el humano, podemos ser nosotros, así, sin más.

Debemos aprender a responder, primero a nosotros mismos, después a quienes nos rodean, y después a las personas en general y por ultimo la realidad misma, convertida en forma de universo, tanto al universo material, como al universo espiritual.

Después de responder a cada hecho y a cada objeto debemos aprender a recibir, a recibir respuestas, a recibir emocione y a recibir estímulos, por ultimo, después de responder y recibir, debemos aprender a estar, allí radica nuestro mayor reto.

Estar, ante todo, significa entender nuestra realidad, nuestros propios niveles de dificultad y la capacidad que tenemos para responder a esas dificultades. Es como cortar una hoja del periódico, diseccionar cada imagen y cada letra, ello con el objetivo devolver a cada historia, a cada recuerdo, a cada hecho -a cada facto- su origen, su esencia.

No se trata de reconfigurar un monstruoso décollage moral, sino un décollage de nosotros mismos, ordenando nuestras partes: en donde todo parte de una misma imagen, una misma persona. En este ir y venir nos conoceremos serna, sincera y plenamente sin surrealismo y sin dobleces.

¿Hay algo que merezca más la pena que reemplazar la cultura de las hipótesis por las respuestas propias?

15/10/10

La construcción de las ideas

Estas cerrando tus ojos cuando temes a las preguntas cruciales de la vida, esas que te desafían a tomar una determinada postura, una importante decisión. Mueres lentamente cuando desechas una pasión. Dejas que la oscuridad del tiempo, las secuelas del olvido y la miseria de la ceguera hagan lo suyo.

Deberías permitirte un día, aunque sea lentamente, la idea de que existe la equivocación. Pregúntate a ti mismo si quieres, y si la respuesta es afirmativa; si es un sí si liberador, un si responsable y un si contundente, prosigue con esa idea.

No te servirán de nada los escollos emocionales en los que se sumen los perdedores para reclamar que la vida pasó y que nunca hicieron nada bueno, nada entusiasta o nada agradable. No busques culpables; esa será una simple excusas que calmarán el ego herido, al final, con el paso de los años, será un tiempo donde irremediable estás ya despidiéndote de la vida, en donde las palabras que grites serán nada.

Si aún tienes tiempo deberías recuperar la ilusión y proseguir, no dejes que pasen tus años. Que tu miedo más profundo sean perder la lucidez, la capacidad de la interpretación de tu entorno, y la magia que significa aprender a hilar las palabras para explicar lo que ves, lo que hueles y lo que sientes.

Es mejor comprobar que se está equivocado en algún momento del camino, que cerrar los ojos en una especie de mutismo y oscurantismo. En donde la ignorancia se confunde con la conciencia nace la construcción de las ideas, y vale mil veces más construir ideas que perecer lleno de la idiotez y la testarudez que ocasiona no abrir la mente a lo posible y a lo construible.

Hacer ideas, hacer que las ideas fluyan y hacer que estas funcionen, es culpa de la inventiva, la ilusión y la creatividad. La inventiva es buscar respuestas, la ilusión es hacer que funcionen los sueños y la creatividad es formular una y otra vez el pensamiento.

Sin importar cuál es el lado del río en el que estás, ofrece el sacrificio de mojarte, trasládate de una orilla a otra, fortalece tu sentido de pertenencia, tu compromiso con lo que te rodea y pon a cada momento una piedra alrededor de esa casa que significan tus hechos.

No importa lo que deseas. Lo único importante en la vida de hoy es cuanto estés dispuesto a hacer, porque, para que las cosas sucedan debe haber desde el inicio -a limini- hechos, circunstancias y resultados, los deseos solo son una motivación que muestra el camino, pero solamente eso, una guía.

No temas a las preguntas cruciales de la vida, respóndelas. No formes parte de la simple y superficial provocación. Olvida las respuestas sencillas. Hurga en lo más profundo.

10/10/10

Asesinando un mito

De pronto un día amanece. No puedes dejar ir esa idea. Después de todo ahora ves las cosas con cierto sentido del humor, te das cuenta que has dejado ir un mito, ese hombre, esa mujer, ese artista, ese amor… eso. Te das cuenta que ciertamente no puedes vivir sin el dramatismo que significa la vida, porque el drama es el significado real de todo lo emocionante. El drama significa todo cuando así lo quieres.

Pero obviamente puedes prescindir de este mito en específico. Hoy miras las cosas como a través de un viejo televisor: en blanco y negro. Sabes que tienes todo lo que necesitas para elegir: la certeza, la determinación y el deseo irremediable de soltar esa cuerda que te ata a una imagen que por mas que lo hubieses deseado jamás podría haber sido.

Sabes perfectamente que en estos tiempos, donde la burbuja de la irrealidad y la sobredosis de historias confunden, solamente hay dos tipos de personas, los que van en una especie de viaje en línea recta y los que requieren del dramatismo para existir, esa es la nueva realidad, por eso hoy más que nunca es valido sonreír a la misma vez que se llorar.

Ya lo hicieron Shakespeare, Frida, Dalí, Warhol, Mae West, Yoko Ono, Lagerfield y últimamente Gaga y millones de anónimos. Deberías seguir esa forma de pensamiento, en donde importa lo que quieres, no lo que eres en este preciso momento.

Aunque seas amante de lo idílico, asesinar un mito es posible, solo se requiere comparar, buscar otra opción y tener la fuerza para cruzar esa línea invisible en donde se besan el amor y la indiferencia. Pero deberás pensarlo detenidamente ya que no puedes volver, una vez cruzas la línea se vuelve de cristal y siempre chocarás cuando intentes regresar.

Es así como sucede en la vida real, un día nace la afinidad por esa cosa en específico, una especie de admiración; la sobreexposición hace lo suyo y de pronto te hayas envuelto en una relación de dependencia en donde el más mínimo reproche es como una cuchillada mortal. Te das cuenta que eso que te parecía especial se ha convertido en una tremenda locura.

Te dices a ti mismo que ya no quieres eso. Ya no te conoces al verte a ti mismo. Ahora buscas la forma de desprenderte, buscas el sentido de tu camino porque quieres caminar, emprender el camino y dejarlo todo, deseas quitarte esa piel y que el oxigeno llegue hasta lo mas profundo de tus pulmones. Todos tus nuevos deseos implican dejar de creer en muchas cosas, dejar de querer a muchas personas, dejar de estar en muchos lugares. Has decidido creer solo en lo que es indispensable.

Ahora sí. Sabes que podrás verte en ese espejo, que puedes por fin sonreír. Has matado tu mito –o a uno de ellos-, has dejado de creer en algo que nunca existió, te plantas frente a tu espejo y te animas a ti mismo diciéndote que ha merecido la pena la deconstrucción emocional, porque ahora dejarás entrar solo lo necesario para tu modus vivendi.

Al final ese mito seguirá mostrando sus hechos específicamente construidos… pero ya no cuenta contigo, ni para lo bueno, ni para lo malo. Y te miras nuevamente al espejo, y te das cuenta de lo inocente que fuiste, en realidad nunca contó contigo. De otra forma, jamás hubiese sido tu mito. Siempre buscamos algo más grande que nosotros mismos cuando queremos obtener algo en lo que creer.

28/9/10

Cuando se explora el pensamiento

Cuando se explora el pensamiento te das cuenta que las palabras fluyeron solas, que no fuiste dueño de tus impulsos, y de pronto dijiste todo eso que tenias guardado en lo mas profundo de tus intenciones. Y no te arrepientes, no te reclamas, no fue correcto, pero fuiste tu mismo, sin ningún adorno.

Cuando se explora el pensamiento te das cuenta que las intenciones nunca contaron, que en esta vida de empezar y terminar en un mismo segundo, lo único que importa es el hoy, el presente. Lo que importa es la respuesta sin condiciones y la entrega constante. Aunque sea un solo segundo, habrá bastado.

Cuando exploras el pensamiento no encuentras razón para explicar muchas, o todas las cosas, porque te das cuenta que donde tu sonríes otros lloran, porque les ha fallado la intuición, la creatividad, la pasión y la emoción; lo único que queda es algo parecido al vacío. Retrocedes y te dices a tí mismo con una mueca de sonrisa que no volverás a hacerlo, te dices a ti mismo que intentarás vivir un día a la vez, porque aprendiste esa formula antes que ellos.

Cuando exploras el pensamiento y evalúas todo movimiento de tu cuerpo y toda palabra de tu lengua, lo que en realidad haces es enterarte que no se puede volver, ya no hay estímulos para regresar, ni espacio para hacerlo otra vez. Ya lo has hecho, eso es lo que cuenta, la realidad reconstruida no existe, las lágrimas no existen, las emociones son lo que vivimos, no al revés.

Podrás volver a equivocarte, podrás volver a comer lo mismo, podrás volver a dibujar esa misma pared, podrás volver a cortar esa revista sueca en miles de pedazos, quizás podrás volver a besarle en esos labios carnosos, pero jamás serán lo mismo. Simplemente es una repetición de algo que no volverá. De eso te das cuenta cuando exploras el pensamiento.

Cuando exploras tu pensamiento mi querido compañero de viaje, lo que en realidad haces es cuestionarte, porque te preguntas si eso que dijiste se pudo haber dicho de una mejor manera, si la forma como caminaste pudo ser diferente… no te enteras que lo que haces es predisponerte a la forma como frente a un espejo.

Decide mejor seguir expulsando ese contenido, como esa válvula de escape donde todo sale a presión, como si quisieras seguir impregnando todo de ti. Y si es con permeabilidad e improvisación, quizás la experiencia merezca aún más la pena. Todo lo demás no es vivir, es construir una realidad que no existe.

22/9/10

Hora de partir mí querida Manyula

Durante los años que viví en la calle mi vida transcurrió entre el parque El Pañuelo y el Parque Zoológico Nacional, en la muchas veces gris y otras ocasiones brillante, ciudad de San Salvador.

Aun viviendo en la calle se acercó a mí una mano invisible que posibilitaba que no viese la vida con la mezquindad que se presentó a tan corta edad. Había un espíritu que preservó mi corazón. La dura cotidianidad me pareció siempre tan normal, propia, como un designio que fue hecho para que la viva yo, sin juicios de valor y sin quejas.

Todos los días visitaba el parque zoológico, ese sitio lleno de animales ruidosos como los loros y graciosos como los monos. A los doce años de edad, para cualquier niño ese es un lugar de emoción y alegría. Yo ingresaba a escondidas, a través de las filas de estudiantes, entre los niños que llegaban con las excursiones escolares.

Mi objetivo no era elaborar una tarea, no era una visita guiada. Inicialmente visitaba el parque todos los días en búsqueda de comida. Con la llegada de turistas y con la actividad comercial de la zona, siempre había comida que conseguir.

Una mañana mientras caminaba por las callejuelas del parque me percaté que un ser extraordinario que observaba mis pasos. Era la elefanta, que con su presencia lo conquistaba todo, aquel gran animal de orejas grandes pero corazón de niña, gigante pero pequeña en su inocencia.

Poco a poco fui desarrollando una relación estrecha con ella. Siempre me sentaba en una vieja banca frente a su gran jaula. Todos los animales sabían y yo así lo percibía, que ella era la reina del lugar, no había nada más grande, enigmático y hermoso en todo el lugar.

Siempre nos mirábamos fijamente, sus lágrimas eran inmensas, sus ojos proyectaban la triste soledad. La soledad de la grandeza, era tan grande y a la vez tan solitaria. Nuestras tristezas se mezclaban a través de nuestros ojos, nos mirábamos  y nos entendíamos. Sabíamos que la injusticia hacia posible nuestra presencia, ambos sin futuro y atados a la indiferencia de la gente que pasaba a nuestro alrededor y daba por sentado que pertenecíamos al lugar a donde nos encontrábamos, solos, abandonados, como un objeto.

Eran cortos los días cuando le visitaba. Solamente me levantaba de la banca en la hora de la comida. Los cuidadores llevaban la comida a la jaula de los pájaros y los monos, era hora de robar fruta para comer. Comía en los arbustos, en el medio de los jardines para que los guardias y los cuidadores no descubrieran mi presencia. 

Después de comer volvía a la banca, me sentaba frente a Manyula y le observaba. Le veía comer, observaba su pausado caminar. Algunas veces hacia travesuras a los visitantes, otras ocasiones decidía no prestar atención a nadie más, se echaba sobre el suelo y perdía su vista con la mía. A mi edad, entendía que la elefanta sabía quién era yo, qué hacia allí, y porque nuestras historias se parecían tanto: la soledad y la orfandad nos unía.

Hoy Manyula ha partido al cielo de los elefantes, falleció en la ciudad de San Salvador y me he preguntado cuanto tiempo me sostuvo en su memoria, si recordó siempre nuestras miradas. Se fue la testigo y compañera de esas tardes en el Zoológico de San Salvador.

Durante estos 59 años los salvadoreños disfrutaron de Manyula la atracción del circo de cemento. Yo la vi como mi familia, como ese espíritu doblegado por la prisión, pero libre por la fuerza de su corazón. 

Era una niña con el alma suspendida, y con la libertad cortada, pero su espíritu era tan fuerte que jamás renunció a la libertad como su más grande sueño.

Soy dueño del recuerdo por la hermosa dueña de los ojos tristes en los que ambos nos reflejábamos.

19/7/10

Historias de cine

Si tienes suerte, un texto cobrará vida en la oscuridad. Las imágenes parpadearán y frente a ti se empezará a construir una historia, y si tienes suerte serás capaz de encontrar un solo momento maravilloso, capaz de recordar durante toda tu existencia.

Mientras la filigrana da vueltas, los sonidos ensordecedores desaparecen borrados por una imagen más poderosa que el sonido, una sola imagen.

Estás tú viendo los momentos, las personas, los diálogos, el vestuario… de cómo una persona mira fijamente el horizonte y se da cuenta que esta determinado a seguir sus impulsos, o de cómo una situación tiene la suficiente fuerza para ser copiada por tu subconsciente. Te das cuenta que no puedes volver, es tarde te has enamorado del cine.

Has visto tus historias contadas a través de otros, tus sueños comidos por la mente de un guionista, tus emociones han sido adivinadas por una escena, y lo que es peor, ya nunca vuelves a vivir tu propia vida, te conviertes en la imagen que ves a través de la pantalla, cual espejo.

Cada vez que te enamoras de una película sueñas con el momento en que acabe, porque justamente en ese momento es que nace el verdadero protagonista, tú. Ese protagonista que hará realidad la historia el resto de su vida. Te dices a ti mismo que también lo has vivido, sonríes con modestia, porque sabes que eres capaz de verlo y vivirlo al mismo tiempo.

4/7/10

Siempre tuyo

Yorkshire, julio 20, 1917.

Querido Donatelo,

A mis manos llegaron tus palabras en forma de carta, la última, la que enviaste hace dos meses, antes del cumpleaños de Pascual, no he tenido tiempo alguno de responderla. Pascual se ha marchado dejándome a cargo de todo, que no es mucho si tuviese puntual asistencia de unas empleadas sensatas y dispuestas, pero esas tres pseudo-empleadas insolentes, tan poco alegres y tan poco trabajadoras no hacen nada. Por si todo lo anterior podría ser dispensable, son feas e indiscretas.

He tenido la intención de despedirlas ya que mi sueño es poner en manos de unos jóvenes hermosos la administración de la residencia, pero no, Pascual no lo admitiría, renegaría, primero porque no concebiría idea alguna sobre una eventual marcha de esas mujeres a las que estima cual gente de su misma sangre, les tiene un estúpido afecto… y segundo, que tampoco me permitiría dar cumplimiento a mi impulso animal de tener tres hombres a mi disposición.

Además, si un día de estos decido que ya no quiero verlas más, si las echo, vería en el rostro de esas tres intolerables la sonrisa de la victoria, cuando suban las gradas de madera camino a sus habitaciones, justamente como la última vez. Las eché a la calle a buenas cinco de la mañana un lunes, después que me enterase que habían comentado a Pascual que un apuesto joven estuvo acompañándome en la biblioteca toda la tarde de ese domingo, pero mi venganza duró poco, volvieron porque Pascual no admitió mi decisión -me dejó en evidencia- el mismo lunes en la tarde subieron por esas escaleras café, tan insinuantes, victoriosas, las tres putas horrorosas!

Aunque nunca me dicen nada sé que ríen a mis espaldas, me insultan y no me dan mi lugar.

Juraría que Pascal se acuesta con ellas y que está profundamente enamorado de Rafaela, la más joven de las tres, pareciera que está enamorado, pero su sexualidad no está en dudas, le gustamos nosotros los hombres. Les odio, las aborrezco. Querido Donatelo estas tres brujas acabarán con mi paciencia.

Últimamente no soporto su comida. Tienen una estúpida costumbre de cocinar todo con menta, pescado con menta, frutas con menta, asado con menta, sonrrisas con menta, estupideces con menta, putas con menta, flores con menta, comentarios con menta, todo con puta menta!

No sé que comer…

Y lo peor, mi Donatelo, es que el hijo de nuestros vecinos, los señores Smith desea que sostengamos un amorío, pero no es posible, las tres brujas siempre están atentas a mis pasos, pareciera que se turnan para vigilarme, ya he cambiado mi encuentro con el joven Alejandro Smith tres veces.... es horrible este suplicio.

A estas tres no las mato porque no merece la pena que sean recordadas.

Yo podría soportar todo esto, ¿Quien no ha tenido tres criadas impertinentes y ha vivido para contarlo? pero no me es posible, no más. Pascal no se entera que lo se todo, se la razón por la que siempre desaparece.

Él está en Paris en compañía de dos jóvenes de quienes conozco nombre y apellido, se trata de los sobrinos de los señores Romdam, Daniel y Robert, de 22 y 24 años respectivamente. El muy hijo de puta les ha invitado para celebrar con ellos su cumpleaños, quiere impresionarlos, quiere jugar con sus aspiraciones, los usará y luego les olvidará así como ha hecho con muchos jovencitos de yorkshire.

Los pobres ingenuos, Daniel y Robert no se enteran que no ha cumplido 30, como les hace saber a todos, sino 38 años. Ya envejecerá y cuando eso pase, nadie se acercará a él por su belleza, sino solo por su dinero.

Querido Donatelo, sí un día preguntas por mí y no te dan noticia alguna, puede que me haya ido. La única razón para continuar aquí es que me da miedo el dolor. Quiero que no duela.

Pero quiero que haya sangre. Es más dramático, cobra mas fuerza el sentido de la tragedia, y dejaré un mensaje a ese sinvergüenza, y esas tres putas tendrán que limpiar mi sangre, oler mi sangre, tocar mi sangre, ver mi sangre…. Recordar mi sangre.

No te asombres es una lección para Pascual, aunque me cueste la vida misma.

Siempre tuyo.

A. R. Dowson, tu amigo.

29/6/10

Pequeñas decepciones

Hay ocasiones en las cuales las miradas de las personas –conocidas o no- tienen un brillo especial. Es una sensación de confianza, entrega, dedicación y afecto. De forma natural ofrece lo más valioso que puede ofrecer: la espontaneidad y el sentido de la presencia.

En un lugar no convenido e inesperado alguien ofrece pequeñas vivencias en forma de sonrisas y de complicidades. Observas, piensas por unas milésimas de segundo, después, sin mayores explicaciones aceptas esas pequeñas entregas.

Sin embargo, si las bifurcaciones de la vida, -un día cualquiera- te posibilitan volver a verle, ese día, sin motivos aparentes, no te ofreciera esa pequeña entrega, posiblemente te quedarás inmóvil –otras milésimas de segundo- vuelves a pensar, y te preguntas: ¿porque razón desapareció esa entrega?, ¿que ha pasado desde la ultima vez?

Allí está el génesis de las decepciones. Te enteras que las personas desconocidas también fabrican pequeñas decepciones, lo mires por donde lo mires: un día sonríen y otro se comportan ajenas a toda emoción.

Aprendes a recibir esas emociones cuando llegan con naturalidad. Vives con ese sentido de impermeabilidad hasta que esas cosas sin sentido suceden.

Te enfrentas contigo mismo y te dices que tú también lo has hecho, tú también miraste, sonreíste y le brindaste esos gestos. Al cabo del tiempo tus ocupaciones, tu rutina o tu humor hicieron no prestar la misma atención. Todos estamos llenos de pequeñas decepciones.

Luego valoras más esas pequeñas entregas anónimas, porque sabes que algo inexplicable las motiva, y sin mayor razón les das cabida.

20/6/10

Hartos de soledad

No estamos pobres,
ni tristes,
sino envueltos en una profunda soledad.

No nos hace falta dinero,
ni comida,
sino una buena compañía.

Ciertamente necesitamos una memoria,
para llamar los momentos,
Y a las personas y a esas imágenes del pasado.

Si buscamos que vuelva a nosotros la alegría,
a nosotros la ilusión,
y a nosotros aquellas aspiraciones mas sinceras.

Seamos francos con nosotros mismos.

No veamos el pasado, volvamos al presente,
y miremos alrededor, miremos con el corazón,
porque hay otros que también tienen ilusión.

No se trata de aspiraciones,
sueños o esperanzas,
se trata de intuición.

Estamos hartos de quien se entregue a medias,
hartos de quien hable por hablar,
hartos de relaciones superficiales,

Necesitamos compañía de verdad.

La valentía y voluntad de los demás
traen consigo la alegría, la devoción y las ganas de vivir.

11/6/10

Las señales de una canción

Mientras me coges el brazo,
mirando la vieja estación del tren,
esa muchedad de hierro, de despedidas y bienvenidas.

Mientras me acompañas en este lento caminar,
en la acera de concreto café,
por años y el caminar de los transeúntes.

Mientras me miras a través de esas gafas pequeñas,
color negro y un poco rayadas,
esas que todo lo ven diferente.

Mientras la envidia de mí misma me come,
mientras nos mira,
dile adiós.

Sabe que puedes volver a irte,
incluso de mí,
pero a ella no volverás.

Mírala,
hazle señales para que escuche esa canción,
la que un día a los tres nos hizo llorar, ella entenderá.

La estación del tren,
nuestro destino y esa canción,
ahora lo son todo.

La dirección opuesta de dos vidas es un fenómeno extraño.

10/6/10

Cosas de mi querido amor

No digas cosas tristes.
Cosas tan tristes no las digas mi querido amor.
Me quedo en silencio mientras susurras las palabras.

Y cuando dices la quinta frase,
brotan estas lágrimas,
tan tristes, tan amargas y acidas.

No hables de historias grises.
Que me enveneno con la sangre que brota de mis labios,
cuando al morderme me culpo.

No digas cosas tan tristes mi querido amor,
que mis lágrimas caen al suelo,
lo inundan todo,

Mi querido amor,
deseo suprimir las distancias,
concordar en las diferencias y llegar hasta allí.

No digas cosas tan tristes mi querido amor,
no me quedan mas palabras para aliviarme,
no me quedan palabras para alcanzarte.

No me quedan hechos mi querido amor,
la humanidad ya no alaba el sentido de la sorpresa,
se están quedando vacios.

No me digas cosas tan tristes.