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21/12/09

Mi camino

Al inicio las bifurcaciones del camino hacían más difícil ver el destino, pero no perdía la ruta de mi dirección. Estos pasos eran la preparación para continuar la ruta –la ruta de la vida- porque antes de salir ya sabía hacia donde me dirigía.


Por eso cuando llegué no me impresionó lo que había conseguido, lo que había conquistado, incluso lo que había perdido, porque siempre estuvo esa imagen en mi mente el camino y el deseo de llegar. Y aunque llegue al final de la meta, pienso que debe haber un siguiente destino, y eso no es una forma de renegar, sino una forma de buscar mas, es una promesa de constancia.


Ese es mi placer, estar aquí, esperando a que mañana pueda estar más allá, más arriba, más adelante, o desde cualquier lugar donde pueda ver el pasado de una manera diferente, singular. Porque el aprendizaje en la vida también pasa por analizar los pasos que hemos dado cada cierto tiempo.


En ese camino pasé entre obstáculos, si mi camino fuese más fácil, no tendría sentido. A cada instante veo que la gente que inició ese camino ya no sigue, pero no se han perdido, siguen en otra dirección, siguiendo sus propios destinos, escribiendo su historia.

Hoy, después de tanto tiempo desde aquel ingenuo e inexperto inicio, se que llegar a un lugar no es un final, sino un inicio, donde cada quien se puede enamorar, tocar fondo, volver a empezar una relación con lo que le rodea.


Así mismo, se obtiene un aprendizaje: nunca podremos renunciar a nuestras decisiones, sin poner en peligro nuestras aspiraciones.


Ese es el camino mío y el de cada quien, porque todo viaje es un camino a casa.