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18/5/10

Mi pesimismo costumbrista

Inclino la cabeza para atrás
y para delante.
Muevo los ojos a la derecha,
y a la izquierda.

No hay razón de ser pesimista ,
sin lagrimas mejor no.
Te veo a través de este grueso cristal,
desde afuera tú ni te enteras.

Que aquí adentro se escucha
una sola canción,
solamente una.
Que desde aquí...

Desaparece el bullicio de la calle,
ese ruido del que estas envuelto,
no te permite ver, ver de verdad.

Te veo perfectamente a través del cristal
y tú ni miras,
no escuchas,
No oyes la canción.

Ves desde allí cierta sombra,
pero no sabes si estoy viéndote,
si estoy bailando,
o si estoy sentado.

Por eso inclino la cabeza para atrás,
los ojos a la izquierda, y a la derecha,

Se que no oyes la música,
pero yo tampoco siento el viento,
¿Quién debe dar el primer paso?

Quien deba salir o entrar
deberá también dejar de escuchar.

Por eso,
desde este café de puertas de madera,
muevo la cabeza, muevo los ojos.
y pienso.

Porque estoy cansado de mi pesimismo,
de la costumbre del pesimismo arraigado,
quiero moverme,

Y que me veas caminar.
Que me mires.

Que me veas,
sin ese pesimismo
que llevaba dentro.